jueves, 10 de marzo de 2011

Salto al vacío















Descalzo, sobre el terciopelo de hierba recién cortada... caminar hacia la nada nunca fue tan llevadero. Manos vacías, mirada extraviada, larga es la senda y desolador el destino. Cada paso es un beso en el recuerdo; cada metro, un abrazo hueco. El tiempo huye de mi vida a cada segundo que pasa... sin ti, sin la miel de tus ojos posada en mi rostro, sin el temblor de tu cuerpo bajo el mío, sin ti.

Después de tanto vagar por el rumbo del olvido, veo que la noche ya descansa en las cunetas, abrazada a la luna llena, haciendo el amor bajo la manta negra que les ha tendido el cielo. Y yo, la respiración contenida, el corazón sin compás, sin meter ruido ni nadie que me llame, me acurruco al lado de su lecho de estrellas… para sentir sus orgasmos en la piel de mi deseo, para llenar de envidia mi alma sola, para cerrar mis ojos a tu querer esquivo.

Quema, quema el sol al amanecer, como si quisiera tomarse la justicia por su mano lanzando rayos de ira, castigando con el fuego de sus celos a los cuerpos del delito, abrasando con su odio a los amantes nocturnos, gritando a la luz del día su amor de luna imposible. Pero ya no queda nada, no hay rastro del lunático adulterio. Y con la vida menguante en mis alforjas me pongo de nuevo en camino, sin prisa, sin pausa, sin remedio.

Hipnotizado por vanas ilusiones, encantado por cantos de sirena, rotos mis oídos por los ecos que simulan tu dulce voz, la locura me acerca hacia el abismo. Quietos por fin mis pies al borde del último paso, electrizado mi cuerpo por el vértigo, la atracción de llegar al final se hace irresistible... Y salto, salto al vacío de mi corazón, desnudando mi alma de tus despojos, arrastrando tus vagos recuerdos en mi caída libre, olvidándote en mi veloz encuentro con el precipicio, estrellando para siempre contra el suelo mi amor por ti.

3 comentarios:

Mertxe_Beriain dijo...

Saltan al vacío mis versos... sin protección alguna,sin miedo...





A tu acantilado se acercan
con firmeza mis pisadas,
las huellas, atrás, quedan
de un ansia aletargada.

Al borde de mi último tranco
se alzan tus dolomitas rocas,
al vacío, sin miedo, me lanzo,
y emerjo como espuma de olas.

Empapo tus minúsculos poros
con besos de agua salada,
tu vasta piel grisácea rozo
con caricias de algas pardas.

Mis ojos tranquilos se asoman
al abismo de tu inquieta mirada,
del brillo de tu iris se apropian
sin palabras y con calma.

Salto sin red ni paracaídas
al encuentro de tus brazos,
en soplo de viento convertida ,
para enredarme entre tus manos.

Al precipicio de tu anhelo
se han aproximado mis ganas,
porque les aguarda sin recelo
los días negados a tu alma.
Mertxe

amaia dijo...

Quisiera ser capaz de dejar un comentario que esté a la altura de lo que acabo de leer...Pero después de ver el de Mertxe, lo único que se me ocurre es callarme para no estropear tanta belleza... Gracias a los dos!

Pablo Roncal dijo...

Gracias ... mertxe ... por arrojar tus versos al vacío, en caída libre ... bien sabes que nunca se estrellarán porque antes de tocar el suelo serán recogidos por los visitantes de este blog ....

Amaia ... muchas gracias porque... todas las palabras tienen la misma altura, porque tu comentario deja entrever emociones, porque tu silencio habla sin tapujos de que la belleza está en cada instante vivido y por vivir ...

Besos a las dos¡¡¡¡