jueves, 16 de junio de 2011

La nube

















Brillan tus ojos cuando se encuentran con los míos y, no sin querer, proyectan una nube de inmensa felicidad que todo lo envuelve. Acostumbrado al resplandor de tus hermosos faros, hechos mis ojos a tu luz deslumbrante, juego a zambullirme en el fondo azul cristalino desde el que me observas como quien se lanza al mar desde lo alto del acantilado. A ciegas, el corazón abierto hasta más no poder, el amor a flor de piel, arrojo el alma por la borda de mi vida y, sin pensar en otra cosa, sueño con un amanecer entre tus brazos.

Abro mis ojos a la luz del día y, sobre mi cabeza, veo al cielo correr. Me pregunto a dónde irá, por qué se mueve, de qué o de quién escapa. Es posible que tenga envidia del mar, eterno espejo de sus dudas, y busque olas donde no las hay para agitar su celestial remanso. Tal vez, entonces, se inventa tormentas llenas de negros nubarrones que hacen la competencia a las violentas mareas que todo lo arrasan y que dejan las playas podridas de restos. Pero quizás todo es una invención mía, otra más… como la sonrisa que pintas en mi rostro, como el temblor de mi cuerpo cuando te acercas, como los frenéticos latidos de mi corazón cuando te siento.

Estés o no estés, cada día sigo mirando al cielo. Y advierto que no ceja en su incesante carrera, y que en su loco correr hasta las nubes se lleva por delante. Algodón en inocentes manos, arcilla fresca en el torno del alfarero, las etéreas masas se dejan moldear y toman figuras irreconocibles que levitan allá arriba, sin dejar de moverse, hasta desaparecer de mi incrédula vista. ¿Qué pasará con ellas? ¿Qué será de mí que vivo para siempre en tu nube? Porque me muevo a tu son, porque soy una caricia entre tus dedos, porque te dejo hacer, porque…

Lo mejor del amor es la nube… palabras para mí escritas que llueven desde el recuerdo, que emanan de un periodista de los de antes. Mago que hacía literatura urbana, arquitecto que edificaba poemas repletos de adoquines y losetas, fuente de inspiración de la que brotaban poesía y prosa a borbotones, de la que bebí hasta emborracharme. Iturri.

6 comentarios:

amaia dijo...

Me gusta el medio de transporte que has elegido.Viajar en una nube y dejarse llevar por el viento hasta alcanzar los sueños.
Despertarse por la mañana y sentir que el cielo se mueve cuando abrimos los ojos es algo que a muchos nos ocurre, pero no sabemos expresarlo como tú lo haces.
Gracias por darle palabras a todos esos sentimientos que nos hacen creer por un momento que el cielo se mueve, que las nubes son como alfombras mágicas sobre las que podemos llevar nuestros anhelos hasta alcanzar la meta.
Como siempre, es un gran placer leer tus relatos. Recibo la sensación de que todos podemos volar si nos lo proponemos.
gracias otra vez. Un abrazo.

awacat.es dijo...

Un delicia llegar desde una nube y poder leer este relato inmenso.

Un abrazo!

Marta dijo...

Tu nube nos transporta al mundo de los sueños, todo eso que la imaginacón nos permite concretar. Que bello es poder despegar los pies del suelo y volar con tus palabras. Tus flechas siempre llegan esa parte oculta del corazón.

Pablo Roncal dijo...

... gracias por los comentarios ... luces que iluminan mi nube ...

amaia ... dejarse llevar por la nube ... sentir cómo se sobresalta el corazón en cada susurro al oído recibido ... ser el algodón que acaricia esa piel tan anhelada ... pintarse siempre de azul cielo dejando atrás los negros nubarrones ... el amor es la nube..

.... nieves ... una delicia es vivir en la nube .... y leer que el amor es el único universo que existe ... y que los sueños viajan con nosotros ... y que no hay nada imposible ... en la nube ...

marta ... palabras que surcan el cielo y se pierden entre las nubes ... flechas perdidas que a veces llegan a su destino ... sueños que sueñan con ser una realidad en tus manos ... gracias ..

Mertxe_Beriain dijo...

Llega tarde este pequeño algodón.... pero cargado de lo mejor....

Trocada en sedoso níveo tul,
al despertar de la clara aurora,
visto un trozo de tu intenso azul
con una gran sonrisa esponjosa.

Algodón azucarado pendido,
en la inmensidad de tu cielo,
goteando ósculos de cariño
que discurren por tu cuerpo.

Nimbo saturado de abrazos,
de arrumacos llenos de efusión,
descargando truenos y relámpagos
en forma de tormenta de pasión.


Cirro que desciende al horizonte,
al encuentro de tu mar bravío,
tornado en espuma suavizante,
penetrando por tus poros con brío.


Nube con fragancia a jazmín,
con sabor a leche merengada,
guarda su mejor esencia para ti,
a la espera de poder ser catada.

Mertxe

Unknown dijo...

uffffffffff si tus flechas me conquistan tus nuben me hacen volar, que bello relato ^_^

Vine a contarte que tienes un premio en mi blog maullándote ;)
Feliz comienzo de semana y #odioloslunes ;)

besos ronroneados en mi abrazo ^_^