Llora Lisboa .... llora tu partida en un llanto sereno que suena a fado triste y que alimento con la nostalgia de mi inútil rima. Y al igual que la ciudad de la luz ha quedado en la penumbra sin tu estrella, mi corazón se oscurece a cada segundo sin el faro de tu sonrisa, mi voz se apaga entre el eco trasnochado de los susurros gastados y mi alma se queda en vilo con el piloto del amor apenas encendido.
Duele, duele tu adiós .... aunque las gaviotas revolotean por mi puerto sabedoras de tu retorno, a pesar de que el mar nos ha citado en un beso cualquier atardecer de naranjas teñido, aunque el tranvía amarillo sigue horadando las siete colinas ajeno a si vienes o te vas, pese a que las paredes desconchadas de los viejos edificios siguen ofreciendo sus cuerpos desnudos para pintarse con el grafitti de nuestro deseo.
Ama, ama Lisboa como sólo tú sabes hacerlo. Y allí donde Chiado llenó de poesía las callejuelas empedradas, donde Pessoa dejó su lírica impregnada en las paredes de los cafés llenos de humo y alcohol, mis versos se tornaron suaves mordiscos en tus ardientes mejillas .... asomándose al mirador esperanza de tus ojos, tomando cautivos tus cálidos labios, anhelando una nueva vida a tu lado.
Y sueño, sueño con el aroma que me recuerda tu regreso. Y sólo quiero el amor que tú me das .... envolviéndome en un abrazo eterno que nunca romperá tu intermitente ausencia, colmando de besos mi inesperada llegada a tu corazón, dibujando el placer en cada trazo de tus delicadas caricias, viajando al infinito del deseo tantas veces como nuestros ávidos cuerpos lo pidan a gritos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario