Ojos verdes, somnolientos, a uno y otro lado del espejo. A medio abrir, pestañas todavía selladas por el sueño, sin foco en la vida, sin vida a la que enfocar. Como todos los días, un manto de agua alivia su cara acartonada por el inmisericorde paso del tiempo, gotas de frescura para un nuevo día.
Se mira fijamente a los ojos, como no lo ha hecho nunca. Y llega más adentro, hasta el alma....y ve su vida pasar. No es momento de hacer balance final, pero parece. Una mueca de fastidio ante su alter ego y, sin decirle nada, le da la espalda.
Una mañana más dribla a su pasado y se enfrenta a la incipiente barba blanca que puebla su suave quijada. Cuchilla afilada y mejillas temerosas, desaparece la espuma como se han esfumado ya sus mejores años. Siente el filo cortante que recorre su piel, segando las canas traidoras, dejando al aire cicatrices del pasado, amores fallidos que como almas en pena todavía rondan su existencia. Recuerdos, sólo tristes recuerdos.
Otros verdes ojos, el mismo espejo. Dos faros de esmeralda guían ahora su vida…reflejos en el cristal de la verdad. Luces de esperanza que le cautivaron, mirada que siempre se deja mirar abriendo sus ventanas de par en par. Flecha lejana que encontró en su cuerpecito la diana, bala perdida que cada día impacta amable en su corazón.
Las pequeñas manos se asoman por detrás y se posan en su macizo torso desnudo, los labios rojos se comen a besos su cuello....testigo es el espejo, el mismo espejo. Amor imaginado por fin hecho hombre, primavera de jazmines que llega tras un eterno invierno, abrazo ansiado hasta el desmayo. Blancos pechos acunados en sus firmes dedos, latidos que rompen el silencio, jadeos que susurran caricias deseadas, estrellas fugaces que viajan entre las nubes del placer, volcán en erupción que alumbra otro destino para sus vidas.
Y las mejillas derraman sonrientes las lágrimas de la acabada espera. Y las sonrisas se funden en un cándido beso. Mujer que ama hasta perder el conocimiento, hombre que resurge del abismo, luna llena que ilumina orgullosa todas sus estrellas, sol radiante que emerge por encima de las nubes.
Ojos verdes clavados en verdes ojos, espejo de almas que gritan felicidad a los cuatro vientos, vidriera de arco iris que olvida tempestades y anuncia tiempos mejores. Amor tatuado al cristal de sus amaneceres....para siempre.
Preciso espejo color ,sabor y olor albahaca,hiedra,menta,hierbabuena... Otro día más comparto otra de mís poesías..que también tiene ojos... ojos verdes.
ResponderEliminarVuelve a sonar esa bella melodía
silbada por el viento,
que compones con suspiros de cálidos deseos,
inspirados por esos ojos melosos,
ojos verdosos... mis ojos.
Y me voy quemando poco a poco
entre tus brazos,
como lo hace la leña en la hoguera,
mientras vuelve a repetirse
la letra de tu canción
que osada despierta
sigilosamente, sentimientos
acurrucados en nuestro pecho.
Y tú y yo nos acariciamos,
como el agua se va deslizando
entre las grietas de la tosca roca,
invadiendo terreno desconocido
que besa con sus gotas.
Vuelven los silencios de las notas
acompañados por destellos del alba,
y nuestros cuerpos se separan
con susurros de palabras,
mientras la claridad de la mañana
borra pasiones nacidas...
en la oscuridad de la madrugada.
Mertxe_Beriain
A sus pies, Mertxe ....
ResponderEliminarEs un orgullo tener en mi blog poemas como el tuyo ... estoy fascinado¡¡¡¡
Muchas gracias