jueves, 6 de junio de 2019

Carta al destino


Entre versos a medio hacer y besos pasados fluyen los días sin que la vida se detenga, sin reparar en tu ausencia ni siquiera un momento, como si nuestro amor se hubiese quedado varado en la tensa calma de la soledad más absoluta.

El vendaval de las horas perdidas se quiere llevar por delante hasta los recuerdos, difuminando los abrazos dados, haciéndome creer a veces que mis labios no llegaron a los tuyos, cubriendo pudorosamente la fusión de nuestros cuerpos con la bruma irreparable de lo que ya fue.

Entonces mi corazón se hace poema para driblar al mañana, susurrándote 'tequieros' nocturnos al oído desde el horizonte, queriendo llenar de poesía el desierto de mi alma y el vacío de tus ojos, abriendo de par en par su ventana a un futuro que sólo a ti te espera.

Sin tiempo que perder, con las tildes tocando el cielo y los signos de admiración por las nubes, vuelan mis rimas por el papel con el amor por bandera. Y desnuda, nuestra pasión se deja leer ante esos ojos que todo lo saben, en una misiva por tus labios sellada y sin devolución posible, en una carta que llega al destino y cobra vida a tu lado sin aguardar respuesta.


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