domingo, 8 de noviembre de 2015

Extraños en la noche


Tiene algo esta calurosa noche de julio que sin saber por qué me ilumina. Y mi corazón proyecta su inesperada alegría en tímidos rayos intermitentes…. como si fuese un faro que aguarda tu llegada a mi puerto, como si las estrellas fugaces que de mi alma escapan fueran señales de mi vida en tus negros ojos, como si las luces de la ciudad jugasen a esconderse para dejarnos a oscuras con nuestro sueño jamás soñado.

Acercas sensuales tus labios a los míos para mostrarles el desconocido camino hacia tus besos. Y por la estrecha senda que comparten nuestras lenguas corre desbocado el placer sin un rumbo fijo…. como si el amor hubiese hablado en nuestras bocas desde siempre, como si inhalar tu aire me hubiese dado la vida cada día de mi existencia, como si la fragancia de tu níveo cuerpo no fuese en mi piel el perfume de una sola noche de verano.

Abro mis ojos y ahí están los tuyos, mirándome sin perder detalle a la lumbre de tu cálida sonrisa, avistando tierra firme para siempre conquistada, leyendo una historia de amor hasta entonces nunca escrita. Desarmado mi corazón inexpugnable, poso mi cabeza en tu hombro desnudo, llenándome de ti a cada suspiro, recorriendo a besos tu cuello mientras tus manos responden trazando en mi piel inocentes caricias, dejándote hacer porque quiero todo lo que tú quieras.

Y en la fragua de una pasión inédita dos extraños funden sus cuerpos en la noche, haciendo crepitar un amor que nace bajo la mirada atónita de la luna, olvidando por unos momentos el presente que les encadena, despertando desnudos al alba de una nueva vida sin saber qué será del mañana.