jueves, 31 de enero de 2019

Perdido


Cerré las ventanas de mi corazón a cal y canto para que la fría noche fuese solo un paisaje lejano en el tiempo, una foto desenfocada en sepia que no quería ni ver, un cuadro colgado de la repisa de una tristeza para siempre abandonada, una sentencia injusta que mi alma ya había cumplido con creces. 

Y a salvo de los malos recuerdos, podredumbre de hiel en el baúl del ayer, levanté mi vista para erguirme hacia el cielo y retomar la senda de la vida. Apreté los puños del olvido y abrí mis manos a un porvenir tan incierto como de ilusión lleno, deseando que a la vuelta de la esquina tu amor me aguardase, muriéndome por que fuese el momento, nuestro momento.

Sin nada que hacer y menos que perder, con las heridas del amor hechas cicatrices en las trizas de mi piel, partí rumbo hacia tus brazos.... como si fuese un camino explorado, como si mis pies cansados desandaran pasos en tu búsqueda ya dados, como si atardecer cada día sólo fuese un juego. 

Y esta historia de amor tan feliz como imprevista se sigue escribiendo cada día.... con la tinta derramada por miles de versos que ser besos en tu boca anhelan, con tu piel a la mía  para siempre cosida, con ese abrazo eterno que nos tiene atrapados a la luz de la luna, con mis ojos extraviados en la inmensidad de los tuyos. Perdido, en tus ojos, para siempre.