
Las olas se han cansado de mirar al cielo cada noche. Van y vienen tristes y, sin hacer ruido, tragándose su espuma, se rompen en mil pedazos y su amargura se desvanece para siempre junto a su cuerpo frágil. Y es que el mar ya no brilla como antes y las olas, otrora favoritas de su inmensidad, apenas si son saltos de lágrimas que, resignadamente, se dejan llevar hacia el abrazo mortal de la nada.
Sin luna, sin luna se mecen las olas en un patético baile de tristeza. Y la escena recuerda a tangos imposibles que rescatan pasiones del olvido, que lloran en cada nota una canción inconsolable, que se abrazan a la frialdad de la piel rota por el desamor. Luna, luna que cada noche cubriste mi desnudez con el fulgor de tus baños de plata, luna que en la oscuridad de tu ausencia me has ocultado para siempre.
Mueren las olas en la playa, pero su morir es como una declaración de amor porque mueren besando. Sí, las olas mueren y dejan la arena perdida de besos... como el amante que devora el carmín de unos labios antes de abandonar el ardiente lecho, como mis manos locas de deseo amasan un rastro de caricias en tu cuerpo desnudo barruntando la despedida, como el alma que me atormenta cada día con sus quejidos antes de que se la lleve el diablo.
Sin luna, sin luna las olas galopan dementes hacia el vacío. Y su locura es el destino fatal que les aguarda tras ahogarse en su propia zozobra. Entonces, locas de atar, se revuelven en sus crestas, dejan escapar el último aliento de sus besos moribundos y se sumen en una desesperación irracional hasta que se las lleva la marea. Luna, luna que cada madrugada me abriste la puerta del mundo de los sueños, luna que encerrado me tienes en la cárcel de las pesadillas.
Silban las olas la canción de la muerte y mi corazón, en la orilla de la playa, espera el momento de recoger los besos extraviados… caracolas que salieron de tu sensual boca, rizos de espuma que mis dedos ensortijaron entre tus dorados cabellos, tatuaje de luna que en tu blanca piel anheló recorrer mi lengua descarada. Olas, olas sin luna.