jueves, 14 de octubre de 2010

Llueve, llueve en octubre


Llueve, llueve en octubre... otoño naciente que resbala por tus mejillas, verano muerto que llora sin tus besos, a tu piel mojada huelen las hojas que desnudan a los árboles. Sueño que tus labios me empapan en un diluvio de amor, pero despierto seco en el desierto que agua la fiesta de nuestras ilusiones, y la nada que a la fuerza nos distancia me inunda y borra mis orillas.

Llueve, llueve en octubre... pero el verdor de tu paisaje amarillea y ya es agua pasada, y mi corazón se marchita si el goteo de tu cariño no lo riega, y mi alma se agrieta como las rocas que nunca reciben el abrazo de las olas. No hay sequía más inmisericorde que la carencia de tu pasión tormentosa, no hay sed más brutal que leer tu ausencia en mis ojos vidriosos, no hay río más yermo que mi corazón bombeando a litros su tristeza.

Llueve, llueve en octubre... y el caudal de mis penas se desborda por los caminos, y saltan salvajes mis lágrimas montaña abajo sin nada que las detenga, y mi pesar todo lo arrolla en una vertiginosa caída que arrastra a su paso los lodos de mi vida. Porque pensar que la lluvia fina de tu sonrisa cala otros huesos, me deja seco; porque saber que te bañas en otro mar de caricias, me hunde; porque imaginar que al calor de otros brazos te abrigarás en invierno, me ahoga en mis propios celos.

Nunca supe nadar y guardar la ropa, nunca supe ponerme a salvo en medio de la tempestad. Y dejé que la desnudez de mi alma fuese apenas papel mojado en cada aguacero, sin atreverme a saltar el charco que me separaba del deseado cobijo. Pero ahora que la felicidad emerge de tu manantial a borbotones, quiero ser feliz aunque no me salpique; pero ahora que mis pies siguen fríos en el remojo de la desdicha, ansío con ardor ver de nuevo tu sonrisa de arco iris. Llueve, llueve en octubre... llueve sobre mojado.

2 comentarios:

Mertxe Berian dijo...

Llueve de nuevo hojarasca de versos en tu camino...

Verde esperanza de sus ojos,
mueca sigilosa que empapa mis labios ,
mirada caliente que embebe pensamientos ...
que muchas veces se vuelven deseos,
deseos... que rozan y no me tocan.

Sus palabras,
lluvia de versos filtrada
en la arena de mi desierto,
provocando el espejismo
de un oasis fértil
que espera su riego.


Sus dedos,
lazos de fuego entre los míos,
prenden raudos
el silencio de mis emociones.

Mi ricón preparado para un gran lienzo,
un lienzo que comparte galería
con otro lienzo.

Pero los rayos de sol
del dulce otoño,
que se cuelan entre las ramas
desnudas de las hojas secas,
se encargarán de iluminar
el camino...
el camino del invierno.

Y las hojas amontonadas
junto con los rescoldos
de los rayos caídos...
quizás...formen una hoguera.

Y esa hoguera ,
se mantendrá avivada
por los furtivos encuentros
de nuestros deseos...

Que a pesar de todo,
el agua de lluvia
no podrá ... apagar.
Mertxe

Pablo Roncal dijo...

Gracias ... Mertxe .... por poner rimas a mi prosa que, aun poética, huye de las cantinelas y los sonsonetes para mostrarse desnuda y cruel al mismo tiempo ...