martes, 28 de agosto de 2018

Mar de soledad



Mi corazón llora versos todas las noches... lágrimas que inundan mi océano de papel en blanco; cristales diminutos que dejan entrever mi pena; estrellas fugaces que desaparecen en la negritud del cielo; gotitas saladas que resbalan por mis mejillas esperando besar tus labios.

Es noche abierta para un corazón cerrado… una ventana de par en par por la que las estrellas se asoman pixeladas ante mis ojos vidriosos, un lienzo inacabado de mil colores grises que de tristeza parece pintarlo todo, una mañana de primavera en la que las rosas se asfixian engullidas por una niebla tan inesperada como espesa.

Ajada mi piel por la frialdad del agua marina, mi vista rota de tanto mirar a un horizonte de penumbra en tan inútil espera, dejo pasar el tiempo en silencio… y las olas enmudecen ante mi pesar, y las caracolas ya no suenan a mar, y la arena se postra desnuda a los pies de mi dolor, y hasta la vieja luna se hace nueva para que la luz sólo sea cosa de un faro solitario cuyos rayos alumbran con desgana.

No hay amanecer sin noche ni amor sin daño. No hay besos suficientes en tus labios para colmar la ansiosa sed de los míos. No hay noche que muera acurrucada entre los brazos del sol ni mal de amores que no sueñe con ser amor de nuevo.

Mar de soledad… alma que lentamente se desploma hacia el vacío infinito, angustia que se apodera de todo cuando la vida ya no es nada, nostalgia que es el aire que a cada instante respiro, recuerdo de un amor que ahora ya sólo muere en el olvido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta nostalgia!! Resulta demasiado victimista!! Una historia que nunca acaba en tu mente...

Pablo Roncal dijo...

Gracias por tu comentario. A veces la vida es así. O, mejor dicho, hay momentos de la vida que son así, que invitan a ese estado de nostalgia .... Pero la vida sigue y no acaba en estos versos. Saludos¡¡¡

@Mertxe_Beriain dijo...

Mis versos de agua de salvación empapa tu prosa ahogada en un mar de soledad...

Mi alma escribe versos de aliento
entre las líneas de tu prosa yerma,
pinceladas de tinta con sentimiento
enmiendan tu taciturnidad enferma.

Sonrisas de colores sobre tu lienzo
confinan el gris de tu penuria eterna,
se emperifolla con almizcle el viento
alentando a mi impetuosa primavera.

Asedio de arrumacos sobre tu cuerpo,
cada centímetro hendido con firmeza,
desmorona el baluarte de tu lamento
mi avidez empapada en tu piel canela.


Mis besos de galerna a tu encuentro
desmantelan tu desaliñada caverna,
colosales olas anegadas de anhelo
recalan en tu mar de soledad serena.

Mertxe