lunes, 12 de abril de 2010

Palabras, más que palabras




Aparecen a media luz. Nadie las espera. Son cientos, quizá miles. Y lo llenan todo como si aquel terreno hace poco yermo se tornara de repente en un crecido mar de cereal. Y lo que antes era un terrible salto al vacío, ahora es una zambullida en un rico fondo de coral. Y lo que apenas fue un sueño difuso en la vaguedad de la noche, ahora cobra vida propia y es relato para todo el mundo.

Nadie las ha visto. Llegan en oleadas, a veces entrecortadas, muchas veces sin un rumbo fijo. Vagabundas, cada una de ellas cuenta una historia y tiene una historia que contar. Alegres un día o tristes al siguiente, no han podido elegir ese papel que interpretan a la perfección, siempre al pie de la letra. Sin comerlo ni beberlo, elegidas para un desconocido destino, llenan viejos cuadernos y libretas delgadas. Y con la verdad por delante, conviven con borrones, garabatos y tachones, seres todos ellos temibles y que habitan en el reino de las dudas.

De repente, saltan del teclado a la pantalla como por arte de magia, cubriendo una ruta a todas luces invisible, dejándose a veces cosas en el tintero. Y antes de que se las lleve el viento imprimen carácter al folio en blanco y son pasto de ávidos lectores capaces de pasar muchas horas delante de ellas, admirándolas, comprendiéndolas seguramente como nadie lo había hecho antes.

Una vez leídas, es el momento de pasar página y buscarse la vida en otra aventura, en otro libro, en otro país ... Y, otra vez, engatusar con su verbo fácil, al calor de la hoguera, a otros ojos miopes. Y dejar volar la imaginación en compañías low-cost que llevan a lugares recónditos, de ensueño, inexistentes en la mayoría de las ocasiones. Palabras, más que palabras.

2 comentarios:

Más que Palabras dijo...

Realmente Muy bueno.
Algunos creen que las palabras se la lleva el viento, sin embargo las buenas letras, los grandes libros y los textos que se escriben desde la pasión, perduran por siempre y pueden resistir hasta la furia del más potente huracán.
Te mando un gran saludo.

Pablo Roncal dijo...

Sin duda, tienes razón al hablar de la perdurabilidad de las palabras .... quizá mi enfoque vaya más dirigido hacia el instante previo a que el escritor comienza a poner por escrito sus ideas. Gracias por tu comentario. Y un abrazo muy fuerte.