jueves, 11 de noviembre de 2010

Los sueños rotos





















Hay sueños que de tanto soñarlos,
se alejan para siempre de la realidad,
quiebran el corazón sin piedad
y en el alma estallan en pedazos.

Por los aires saltan las ilusiones
como mueren las olas del mar
que hastiadas de sin rumbo navegar
a espuma reducen sus pasiones.

Y de bruces contra la escollera
amores imposibles añicos se hacen,
en las piedras del destino se esparcen
y de los besos apenas la estela queda.

Se rompen, se rompen los sueños
y su fractura aflora sentimientos mutilados,
congela ardientes deseos anhelados
y de lágrimas cala todos los huesos.

Almas destrozadas vagan por la playa
buscando una burbuja de supervivencia
que de los sueños rotos de impotencia
como un hilillo de luz escapado haya.

Y entre las tinieblas del abismo nace
un nuevo quebradero para el corazón
pues vivir no sabe sin la emoción
de enamorado seguir en sus trece.

4 comentarios:

Iñigo dijo...

Me gusta cómo escribes Pablo, no dejes de hacerlo.

Mertxe _Beriain dijo...

Mi prosa es estela esta semana de tus versos añorando los sueños,ahora,rotos....



Se nos quebró el amor... por querer disfrazarlo. Por querer mantenerlo, tan solo, con anhelos manados entre las líneas de los versos que nos brindamos. Erigimos, equivocadamente, un dique falso, contuvimos el oleaje de sentimientos que con ímpetu, golpeaba nuestra piel que creíamos acorazada. Pero entre los minúsculos poros entreabiertos, se filtraban las ganas desatadas.
Evitamos los ansiados besos cada mañana, mientras el sol iluminaba nuestra sonrisa en la distancia. Nuestras nocturnas despedidas se solapaban mesuradas, alejando las tiernas caricias que la dama plateada sellaba callada.

Y en nuestros encuentros…el brillo de nuestros ojos nos desnudaba. Nuestras miradas runruneaban entrecortadas… promesas de amor que la vergüenza truncaba.
Y los silencios, se manifestaban entre la algarabía de nuestra pasional locura .Ecos compungidos, impregnados en nuestros sedientos labios .Ellos guardaban, celosos, la miel para ser catada.

Y allí, acariciado por la hojarasca, aguarda el banco del parque .Él que nos ofreció su firme lomo donde desatar las caricias refrenadas, los besos acallados…que la inhibida osadía denegó a nuestros cuerpos.

Se nos ahogó el deliro… por no querer embarcarlo en un navío. Por negarnos, por temor a dañarnos, izar las velas al viento rumbo a un destino para ser compartido.
Se nos apagó la flama de la hoguera… por no quererla nutrirla de más leña. Madera que en su interior circulaba savia madura, repleta de ternura para ser derrochada.
Se presenta la ausencia de nuestras presencias .Pero… la esencia de nuestros deseos, de los restos de nuestro naufragio, de los rescoldos de nuestra lumbre… persistirá imperecedera.
Mertxe

pautxo@gmail.com dijo...

Pablo. A Ana y tu colega Pablito nos han encantado estos versos. Más, más queremos más

Pablito y Ana

Pablo Roncal dijo...

Gracias, Iñigo por tus ánimos ... no es fácil reunir letras pero los sentimientos están desbordados de ellos y lo anegan todo.

Gracias, Mertxe ... has aguantado el tipo ... no era fácil, por un día, que tu pusieras prosa a mis versos ... prueba superada ... "se nos ahogó el delirio... por no querer embarcarlo en un navío".

Gracias Ana y Pablito ... amigos que descubren versos impostores que suplantan la prosa. Me alegro de que os gusten ... pero mi poesía viaja más cómoda disfrazada de prosa. Un besiko.