Sin tapones, 215 palabras de un deslabazado relato perpetrado un tedioso domingo de enero. Fue la primera de mis Flechas sin rumbo, hoy hace un año. Releerla es un ejercicio insufrible, apenas si es un intento de algo. Podría eliminar esa primera entrada (y muchas más), pero no lo haré por su valor sentimental... me abrió la puerta a un mundo literario tan largamente deseado como desconocido, dio a mi imaginación licencia para volar, me permitió dejar que mi corazón se desangre en cada relato, gota a gota, sin que se detenga ya esta hemorragia de letras y amor.
Han sido 57 relatos y escribir se ha convertido en una droga necesaria cada semana. Nunca soñé con llegar hasta aquí y tampoco sé qué futuro me aguarda. Sólo quiero seguir disfrutando de este maravilloso ejercicio y, si además es de vuestro agrado, no podré dejaros en la estacada. Cada latido de mi corazón será una flecha en este blog... y un canto en Twitter, la red sobre la que se proyectan sin pausa desde hace meses.
Gracias, muchas gracias. Y aun a riesgo de ‘olvidarme’ a alguien (pido perdón ya mismo), quiero hacer público mis agradecimientos más sinceros. Y empiezo por mi primer ‘archer’, @jzabalo, al que bauticé como mi “editor”. Me presentó en sociedad ante sus miles de seguidores de Twitter cuando yo no era nadie (ahora tampoco) y fue eco de mis relatos cada semana. Después han llegado cientos de ‘archers’ y de RTs, la primera fue @barbmk; el último, @LuisTrincado. Y flipo por tener 85 amigas y amigos alojados en mi blog, sufriendo el impacto de cada flecha, quedando malheridos por ese halo de tristeza que exhalo y que, sin duda, contagio.

He aprendido en Twitter lo importante que es compartir y colaborar, me lo habéis enseñado con hechos, sin pedir nada a cambio a pesar de no habernos visto en la vida… y mi gratitud es eterna. Así dibujé un tatuaje de luna con @loremac, con quien también fabriqué unos deseos de chocolate y me dio el RT de su vida. Y de un par de tuits con @Cosechadel66 nació la libertad perdida, @Tierratrece me retó a remendar en versos unos sueños rotos y @bbbllum me dio una excusa para imaginar el azul de sus ojos. Nataixa (antes @nanastar) me pintó su galería de otoños, @juankarh puso una imagen en el viento y @pautxo me cedió una foto para un viaje a ninguna parte. Hacia el profundo abismo de la solidaridad me empujaron @senovilla_jfs, que depositó la convivencia en mis manos, y @jsanz, gracias a quien las letras en el Sáhara riman añorando un sueño perdido en el desierto.
Sin comerlo ni beberlo, @naranjaolimon me destacó entre sus blogs de mayo y ahora estoy en el @clubbloggers. Por un momento me llené de soberbia… y me estrellé en concursos con retoques de amor, fiesta en un pañuelo y mis viajes a la luna. Aprendida la lección, por cada página escrita cien leídas, cada semana me obsequia con sus versos @Mertxe_Beriain, como también lo hizo Kassandra y @miradaceleste. Y a veces me dejan meter las narices en sus letras @elecktrapink, @etcach y @Yomisma1981.
Me llenan vuestros comentarios, me encanta cruzarme con vuestros tuits, de los que muchas veces ‘copio’ ideas para mis flechas, inicialmente sin diana y luego sin rumbo... qué más da. Y gracias también por el fiel apoyo de archers inasequibles al desaliento como @Juanatalavera @carolciordia @similiki @Reina55 @Avisnigra67 @navarro_eva @MagaViajera @paufdr @Trianarts @laMar_s @Mara_BC @FBiurrun @aldaytu @gasolinero @larri1276 @nanaypadron @barrogante @somosceltas @merycal... y muchos más a los que todavía no he aburrido con mis cuentos. Otros se marcharon a golpe de unfollow y, por los buenos ratos vividos, no los olvido y espero que vuelvan algún día.
Sí, os lo había escrito unas líneas antes. He sido injusto con muchas y muchos de vosotros, ecos de mi prosa, viento de mis letras, botellas de mar que a diario surcan el océano en una y otra dirección. Perdón y gracias, muchas gracias.
La foto de este arquero desarmado es de @pautxo y está tomada en el retorno a mis orígenes.