lunes, 8 de marzo de 2010

Sueños imposibles: los que no son


Despierta bajo el sol abrasador, meciéndose en la cuna de la muerte, los labios rotos por el salitre, entre un mar de brazos, piernas y cuerpos torcidos, algunos de ellos exangües. Inerme, mira al destino a los ojos, sin nada que perder, sólo la vida, una vida de la que nunca fue dueño.

Manos ajadas al calor de la hoguera, tajo hasta el primer hielo de la noche, bajo una bombilla desnuda, por unos putos euros más, por una fortuna en su negra tierra africana. Papeles que nunca llegaron. En un sobre amarillo cobrado el dinero, muchas veces menos de lo prometido, nada que decir.

El gemido de los moribundos azuza los remos y los marineros, tan ocasionales como escuálidos, otean con desesperación un horizonte que no se deja ver. Por fin, la tierra soñada dibuja su perfil, cadáveres por la borda, la vida empieza hoy.

Sobran los brazos y falta el trabajo, papeles que nunca llegaron, apretones de manos falsos como las sonrisas encorbatadas. Nada que hacer. Regreso a la aldea que le dio la vida. La muerte empieza hoy. Los que no son.

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