Duerme la primavera. Me llevan los sueños por donde quieren. Y me despiertan … y tú en mis sueños, luz incandescente. Resplandor en duermevela que rompe las cortinas, que ciega mis ojos somnolientos, que alumbra cada noche de mis días .…
Desnudo en la fría oscuridad, atrapado por tus destellos, tirito de amor cuando me acarician tus largos dedos. Y sin pensarlo dos veces, nuestros cuerpos chocan en la inmensidad láctea y nacen estrellas de nuestros añicos. Sol y luna, nuestra fusión lo eclipsa todo.
Recorren mi anatomía tus besos de plata y esculpen un reguero de amor a fuego lento. Tatuaje de luna en mi piel de oro. Eterno grabado que nunca es el mismo, que exhibe cambiantes tus fases, que la pasión enciende o apaga con el mismo ímpetu que la marea sube o baja en la playa de mi corazón.
Al alba, siempre al alba, tus labios metálicos se posan en los míos. Y los poseen con la brutal frescura del rocío mientras las dudas de la alborada se hacen niebla. Entonces, ocultos en la discreta bruma, nos perdemos en las órbitas más lejanas del universo …. para no dar cuentas al cielo de nuestro amor, para no fingir nuestros escalofríos de placer. Sol y luna, amor imposible que se hace posible cada madrugada.
Y ya no te siento hasta que rompe el día siguiente, cuando de nuevo las distancias infinitas se esfuman en el cruce de caminos que lleva a nuestro amor furtivo. Después, arropada por las estrellas, descansas en mi lecho. Y yo salgo a buscarme la vida como cada día y, con tu recuerdo dibujado en mi cuerpo, de felicidad lo irradio todo. Tatuaje de luna, mi tatuaje.
La ilustración es obra de la diseñadora argentina Lore di Luciano (puedes seguirle en twitter @loremac).